Si con Berta Blasi, Rita Udina y Gemma Mª Contreras recorrimos Barcelona y Valencia visitando talleres de restauración, hoy nuestras conversaciones con restauradores nos llevan hasta Madrid. Concretamente nos detendremos en un taller de restauración de libros y documentos gráficos y encuadernación artesanal y artística de gran tradición familiar: Restauración y Encuadernación Camacho S.L.
Pero, antes de comenzar nuestra charla conozcamos mejor la historia de este importante taller a través del relato que nos hacen sus responsables:
“Su origen se remonta a 1972, año en el que Angel Camacho Martin emprende la aventura por su cuenta tras trabajar como aprendiz en diversos talleres de impresión y encuadernación desde finales de la década de los 60. Indicamos esta fecha porque en sí, el taller se origina con el amor del fundador a la profesión, no con una inauguración física de un negocio. Ángel Camacho ingresa en el Centro Nacional de Restauración de Libros y Documentos, perteneciente al Ministerio de Educación y Ciencia donde trabaja en la restauración del libros, documentos y encuadernaciones, hoy llamado Instituto del Patrimonio Cultural Español, IPCE. Desde 1980, compaginando con lo anterior, ingresó como profesor interino de encuadernación artística en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid, y a finales de 1985 aprobó la oposición a la primera plaza que se convoca a nivel Nacional de funcionario de carrera como Maestro de Taller de la asignatura de “Restauración de Encuadernaciones “, impartiéndola hasta finales del 2011 en la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid.
Desde 1972, el taller particular de Ángel Camacho cambia de nombre un par de veces, así como de ubicación, siendo en 1997 en el que sus hijos tras años de formación a modo de aprendices en el taller, y una vez titulados como Técnicos en Conservación y Restauración de BB.CC., en la especialidad de Documento Gráfico por la Escuela de Madrid se funda la actual Restauración y Encuadernación CAMACHO. Los hijos, Iván y Ángel, compaginan el trabajo en el taller con los llevados a cabo en Instituciones Públicas como el IPCE, con intervenciones en obras pertenecientes a Instituciones Públicas todo el territorio nacional, o la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid.”
Ahora sí… comenzamos nuestra charla…
¿Cómo surge la idea de dar forma a un taller de restauración y encuadernación familiar? ¿Cuántos miembros de la familia son restauradores? ¿La restauración, conservación y encuadernación ha sido una vocación de un miembro de la familia que ha arrastrado a los demás o un descubrimiento conjunto? |
La idea surge principalmente por el amor a la encuadernación y qué mejor que trabajar en lo que te gusta y con lo que disfrutas.
En nuestras instalaciones intervenimos en obras pertenecientes a Instituciones públicas y privadas, de librerías especializadas en libro antiguo, bibliófilos y particulares en general. Trabajamos la restauración y encuadernación artesanal de libros, documentos y obras gráficas de lo más diversas, estando especializados en la restauración y conservación de encuadernaciones.
También prestamos servicios de peritajes y valoración de daños y tratamientos restauradores para particulares y compañías de seguros. Así mismo, y de manera puntual, organizamos cursos monográficos intensivos de fines de semana relacionados con el mundo del libro, como por ejemplo: caligrafía, iluminación, decoración de papeles,… Fuera de nuestra ubicación llevamos a cabo tareas de intervención urgente en siniestros por inundación o incendios, así como también el montaje de talleres en Instituciones Públicas o Privadas cuando los libros o documentación no se puedan trasladar a nuestras instalaciones por razones de seguridad.
En el taller somos tres restauradores y todo comenzó gracias a nuestro padre y maestro, el cual nos dio a conocer el oficio y abrió el camino.
Mi percepción, por lo menos en el ámbito geográfico canario, es que en general hay muy pocos restauradores de documento gráfico ¿Creen que es así? ¿A qué puede deberse? |
Titulados somos muchos. Dese cuenta que al año, de las distintas escuelas de restauración que hay en España, se titulan aproximadamente ochenta. Sin contar los licenciados en Bellas Artes que también los hay con especialidad de Restauración de Obras de Arte. El problema de encontrar pocos a “pie de calle” reside en la dificultad de crear y mantener un negocio como este. Nosotros tenemos la suerte de llevar muchos años prestando servicio con un enorme esfuerzo. Así mismo la documentación y los libros, de cara al público, no son tan atractivas, vistosas y exponibles como pueden ser las esculturas, lienzos, retablos, etc… lo que hace que la cartera de clientes sea más reducida.
¿Se invierte –y se ha invertido en el pasado- lo suficiente en restauración de documentos? ¿Se ha visto afectada la actividad de los restauradores por los recortes en materia cultural? ¿Se ha percibido un descenso en los encargos recibidos? |
Se hace, pero desde luego no tanto como en otras Artes y ni con las mismas cantidades de presupuestos. Sólo hay que consultar las distintas plataformas de licitaciones para comparar.
Desde luego. Los recortes han afectado mucho a la Cultura en este país, y más aún en lo que concierne a intervenciones en obras en mal estado de conservación o sin encuadernaciones desde hace muchos años…Entendemos que los depositarios piensen que por unos años más que continúen así tampoco pasará nada…
Sí lo hemos notado. La mayoría de nuestros clientes públicos, y algunos privados, han visto reducido su presupuesto en una media de un 50 %.
En el taller han restaurado diversos tipos de documentos gráficos, pero… ¿cuál es el mayor reto al que se han enfrentado en su vida profesional? |
Son muchos los retos a los que nos hemos enfrentado: manuscritos, incunables y obras gráficas de artistas como Durero y Chillida entre otros, pero desde luego la intervención en el Salón Chino del palacio de la Cotilla de Guadalajara se lleva el premio gordo. Fue un año y medio de trabajo combinando labores in situ y en taller. La peculiaridad de la obra, así como el estado de conservación y los tratamientos de desmontaje y montaje fueron desde luego un gran reto del que todos los que trabajamos en él nos sentimos muy orgullosos.
Agua, fuego, xilófagos, tintas, acción antrópica… ¿qué agente creen que es más nocivo para el documento? ¿cuáles son los efectos más difíciles de reparar? |
Sin lugar a dudas el mayor agente nocivo para la obra gráfica es el agua/humedad.
Por causa de este derivan muchos más deterioros tanto a nivel físico como químico. Por ejemplo, hoy día, si se produjese un incendio, la extinción de este sería principalmente con el uso de agua, la cual es la que afectaría más a las obras. Las tintas metaloácidas también suponen un gran problema, junto con la acidez del papel, principalmente por la gran cantidad de obras que se encuentran con estos problemas.
Más difícil de reparar…desde luego, a modo general, aquellos que dañan obras con materiales de una calidad baja. La mayor parte de las obras impresas, por poner un ejemplo, a partir de mediados del s. XIX con la revolución industrial. Y en cuanto técnicamente, pues las adhesiones y deformaciones de materiales producidas por inundaciones, con agua sucia y las reintegraciones de soporte suponen muchas horas de meticuloso trabajo.
Además de trabajar en restauración a nivel general, se han especializado en la encuadernación, ¿por qué esa dirección profesional? ¿qué tiene la encuadernación de especial en el trabajo de restauración? ¿sufre más la encuadernación que el resto del documento? |
Los orígenes de la empresa están en la encuadernación artesanal y artística. Con los años el taller se fue enfocando también a la conservación y restauración y como no podía ser de otra manera, nos especializamos en la restauración de encuadernaciones. La encuadernación en sí es un Arte y normalmente los conservadores y restauradores no alcanzan plenamente los conocimientos durante sus estudios por falta de tiempo. Nosotros aun estamos aprendiendo cosas, siempre se aprende en cursos, de colegas o se descubren cosillas.
A la hora de desmontar un libro debe tenerse conocimiento de las distintas estructuras que existen, habiendo siempre grandes sorpresas…por poner un ejemplo, es como un cirujano, éste debe saber todas las partes, órganos, etc que puede encontrarse y por dónde y cómo debe llegar a su objetivo para intervenir. Y lo mismo a la hora de realizar la intervención y en el montaje del conjunto de la obra…cuáles son las partes más susceptibles de sufrir tensiones, fricciones, etc…devolviendo funcionalidad y estética.
A nosotros nos gusta definir la encuadernación como una armadura. Ésta puede ser la de un caballero o bien la de un soldado, más o menos protectora así como con más o menor belleza, pero ambas con la principal función de proteger. Son muchos los libros que llegan sin encuadernación o con una que, tras analizar el cuerpo del libro, no coincide con los nervios naturales, etc. Bien esto es porque la encuadernación se deterioró tanto que se sustituyó o bien porque no le gustaba al propietario.También casos de libros que llegan en buen estado y la encuadernación primigenia destrozada. Cumplió su misión.
En los últimos tiempos se ha discutido mucho en blogs y redes sociales sobre el empleo de guantes en la manipulación de los documentos, ¿cuál es su opinión sobre el empleo de guantes de algodón? |
Desde luego, a la hora de la consulta del patrimonio bibliográfico, toda medida de prevención es recomendable. En general los profesionales de archivos y bibliotecas, así como investigadores son bastantes respetuosos a la hora de manipular las obras, pero más vale prevenir que curar.
¿Restauración tradicional o restauración/retoque digital? |
Pues depende. Lo ideal es la combinación de ambas. Si la obra lo necesita desde luego que debe restaurarse para asegurar su conservación. La reproducción digital está bien y es necesaria para evitar manipulaciones en exceso, cambios de condiciones ambientales a la hora de su exposición.
En los estudios de documentación se insiste muy poco en la conservación del material documental. De hecho, no hay demasiadas materias alusivas al tema en muchos de los grados ofertados, y los archiveros tenemos que acceder a esta formación a través de cursos de especialización, ¿creen que los archiveros y bibliotecarios deberían tener más formación reglada en este campo? |
Desde luego que deberían tener más formación e información sobre teoría y práctica de métodos preventivos de conservación, así como de identificación de daños. Sois los guardianes de libros y documentos en cuyas manos está su preservación, así como que debéis dar la voz de alarma ante un deterioro que afecte tanto al contenido como al continente de los fondos e incluso debéis ser los primeros en actuar ante un siniestro con agua involucrada ya que en estos casos la actuación rápida y precisa minimiza enormemente los deterioros que derivan de ellos. Y por supuesto debéis tener unos conocimientos básicos en cuanto a metodología y técnicas de restauración para saber qué es lo más recomendable en cuanto al uso que se le va a dar a las obras y saber identificar una correcta intervención.
Esta entrevista tendrá el ámbito digital como medio de difusión. Su presencia en web y en las redes sociales es habitual, ¿qué importancia le conceden a las estrategias de difusión digital? ¿Es la web un medio a través del que conseguir nuevos clientes y darse a conocer? |
Importantísima, hoy día quién no está en la “red” no existe, sobre todo si quiere darse a conocer a posibles futuros clientes.
Sólo nos queda dar las gracias a los miembros del taller Camacho por compartir su trabajo con nosotros. Si deseas conocer mejor la interesante actividad que llevan a cabo en beneficio de nuestro patrimonio documental puedes seguir su trayectoria a través de su sitio web, su página de facebook y su canal de flickr, donde prodrás además acceder a imágenes y explicaciones de las restauraciones y encuadernaciones desarrolladas en el taller.